lunes, marzo 30, 2009

Bowfinger. El pícaro.


El arte de la picaresca

Dos de los cómicos más populares de América se ponen al servicio de Frank Oz en una de esas películas en las que vemos cine dentro del cine, realizando una auténtica parodia del mundillo.

La cinta cuenta con un reparto siempre simpatizante con el espectador, en el que ningún personaje tiene desperdicio: Steve Martin (que nos muestra como se puede hacer un éxito de taquilla sin ningún esmero), Eddie Murphy (con el que se parodian las excentricidades de las superestrellas y sus desequilibrios mentales, Christine Baranski (que muestra los pájaros en la cabeza de todas las malas actrices) y Heather Graham (representando a la "rubia tonta" que consigue trepar a golpe de cama y que está dispuesta a desnudarse "siempre que el guión lo merezca).

Se nos muestra como en el séptimo arte, en ocasiones hay poco arte y lo que importa es aparentar, conseguir a la estrella con más tirón, persiguiéndola a toda costa y meter alguna estúpida frase que enganche al público más manejable, y lo de menos es el equipo técnico o la realización.

Todo ello se hace a ritmo de comedia pura y dura, en la que no hay pausas ya que cada vez nos sorprende con escenas de rodajes más imposible y disparatadas. Para muchos la película se quedará en la mediocridad por ser la tipica comedia de Murphy o Steve Martin, pero es el hablar del cine lo que la enriquece y hace que sea valorada por los amantes de este mundo.

Lo mejor: despierta numerosas carcajadas.
Lo peor: No deja de ser otro producto de Murphy.

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