domingo, agosto 27, 2006

El emperador y sus locuras

Las cosas de palacio no van despacio

Disney nos sorprende por primera vez con una apuesta arriesgada donde no hay princesas, galanes, ni empalago de amores. La historia que nos presenta es bastante original, y aunque "a priori" el argumento no atraiga, la trama tiene el suficiente ritmo como para enganchar desde el primer momento.

Es cierto que EL EMPERADOR Y SUS LOCURAS no cuenta con la majestuosidad que Disney nos brindaba en sus clásicos más emblemáticos (La Bella y la Bestia, Aladdín, El Rey León...), pero aporta grandes dosis de originalidad ingenio e inteligencia, dejando a un lado las baladitas y momentos edulcorados. Aquí lo que importa es ser ocurrente y crear gags hasta del más mínimo detalle, aprovechando todas las situaciones y ofreciendo unos diálogos ágiles y tronchantes.

El diseño de personajes es otro punto a su favor, ya que ni siquiera tenemos un malo malísimo, sino una torpe villana, unida a un más torpe secuaz, que hasta nos pueden simpatizar, casi más que el protagonista en cuestión. Izma es sin duda el personaje más divertido e histérico de la película y la relación que tiene con su aliado Kronk protagoniza algunos de los momentos más divertidos de la película.

Aunque no tuvo el respaldo de taquilla al que Disney acostumbra, lo cierto es que se agradece visionar una película de dibujos más inteligente y, aunque su estética sea infantilona, más adulta.
Lo mejor: que te partes con las situaciones (desde la escena en la que Izma y Kronk visitan la casa de Pacha, hasta la secuencia del restaurante).
Lo peor: Que se considere un clásico menor.

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